Autora: Pepa Campos
La situación que estamos viviendo con la Covid-19 es bastante extraña para algunos de nosotros. Desde la terminación de la guerra civil en España o desde el final de la segunda guerra mundial en Europa, nunca habíamos vivido nada igual, y a nivel mundial es algo parecido.
El confinamiento que vivimos en España desde marzo a junio fue bastante duro para algunas personas, sobre todo las que vivían en pisos pequeños, y para otros fue una bendición, como para una sobrina mía con tres niñas pequeñas que viven en una casa con un pequeño jardín. Mi sobrina me dijo: “tita para mí está siendo una bendición, poder disfrutar de mis niñas, que con el trabajo no tengo tiempo ninguno”.
Otra cosa es el distanciamiento social que nos impone el virus, no poder abrazar a la gente que no pertenezca a tu núcleo familiar más estrecho. A tu núcleo de convivencia.
Yo creo que, para la gente joven, el no poder abrazar a sus amigos, es bastante fastidioso y sobre todo para la gente joven que está buscando pareja, este distanciamiento impuesto por el virus es bastante molesto.
¿Qué podemos aprender con lo que nos está pasando?
1.- A desarrollar mucho más nuestra vida interior. El contacto con nosotros mismos, a disfrutar de nuestra soledad, de nuestro silencio interior y también del silencio exterior. A ser consciente de los sonidos y ruidos que hay dentro de nosotros y también fuera de nosotros, como en ese ejercicio gestáltico que consiste en poner la atención primero en los sonidos o ruidos de dentro y luego en los de fuera e ir pasando de uno a otro alternativamente. Así conseguimos un estado meditativo y de tranquilidad y paz. Cuando estamos en el presente, la vida fluye y nosotros estamos en ese fluir y no nos entretenemos en darle vueltas a la cabeza con tal o cual idea.
2.- A no estar tanto hacia afuera y más con nosotros mismos. Con nuestras necesidades, con nuestra escucha interna, en nuestro silencio, reposar, descansar en nuestro silencio, como en un arrullo de amor. Todo esto es más fácil cuando se está en la edad de la madurez, porque cuando se es joven se quiere experimentar todo lo que existe y tomarse metafóricamente hasta la última gota del cáliz de cada experiencia que se tiene.
3.- A valorar más lo que tenemos dentro de casa. La persona o personas que conviven con nosotros. Para mí es muy significativo y tiene mucho valor la persona que ha decidido compartir la vida conmigo. Yo considero algo maravilloso el poder disfrutar de mi pareja, con la que tengo una relación magnífica. El caminar juntos, el compartir espacios haciendo cada uno su necesidad, cada uno en lo suyo y acompañados. El encontrar en la vida a una persona que quiera compartir la vida contigo es fantástico. Aprender a amarnos, a respetarnos, a madurar juntos, a ayudarnos mutuamente. Me parece un regalo sin parangón. Disfrutar de esos momentos mágicos que se producen a lo largo del día, que son la dicha de compartirlos, leyendo, paseando, sentados viendo la tele, etc.
4.- A darnos cuenta de lo importante que es la naturaleza, lo importante que es tener un trocito de jardín, donde cuidar plantas o tener un pequeño huerto, dónde ver crecer la vida, esto da mucha vida. La transformación de la vida nos transforma a nosotros. A mí me apasiona, cuando estoy en la sierra o en la playa, levantarme y ver, como están mis plantas y mis dos o tres árboles. Recolectar los limones de mi limonero, las granadas de mi granado o las naranjas de mi naranjo en mi cesta de mimbre y coger las rosas de mis rosales y ponerlas por la casa o en mi escuela o regalárselas a mis amigos y vecinos. Me encanta poner bonito mi pequeño jardín y patio. Pensar en cómo puede estar más bonito, como puedo crear más belleza para mí y los demás.
5.-Quizás esto que nos ocurre, pueda servir para vaciar un poco o un mucho las grandes ciudades y habitar más la España despoblada, donde el contacto con la naturaleza es total, la vida es mucho más barata a todos los niveles, en cuanto a vivienda, comida y la colaboración entre la gente es más natural, todo el mundo se conoce y hay ayuda mutua.
6.- La Covid-19, nos ha dado un frenazo en nuestra vida, yo creo que nos da la oportunidad de repensar lo que estamos haciendo con nuestra vida y con el planeta, consumir, consumir, consumir sin límites, no tiene sentido.
7.- Yo creo que este momento nos da la oportunidad de estar más en el punto cero de autorregulación organísmica de la Gestalt, donde no hay nada, pero está la posibilidad de todo. Poder descansar en esta nada, que es la energía de la creación. La energía de la creación es nuestra madre, ella nos ha creado y ella sostiene todo lo que existe; por tanto, podemos confiar en ella, ella es el gran útero que nos sostiene y estar seguros de que lo que ocurra, será lo que tenga que ocurrir dentro del plan cósmico. Y nosotros tendremos que aprender, lo que tenga que aprender cada uno.
8.- Con el hecho de tener que llevar mascarilla, nos podemos despreocupar más del aspecto de nuestro rostro y ahorramos en maquillaje y en pinturas de labios y de ojos. No estar tanto en el afuera y más con nosotros mismos; de todas formas, el otro, los otros, sólo nos ven los ojos y a veces ni eso, porque ahora en verano, con la mascarilla, las gafas de sol y la gorra o el sombrero, estamos totalmente cubiertos, escondidos y podemos ir como nos dé la gana, no tanto pensar en el aspecto que tengo. Para mí es una liberación, un estar más relajado.
9.-Me gustaría mandar un mensaje de tranquilidad con respecto al miedo de mucha gente por la enfermedad y por el futuro. No sabemos nada del futuro, por tanto, vamos a ceñirnos al presente y a tratar de estar lo mejor posible. Tenemos la constatación de que, a lo largo de la historia, el ser humano ha pasado muchos momentos difíciles e incluso han desaparecido civilizaciones; pero el ser humano sigue existiendo. Por tanto, confiemos en que estamos sostenidos por nuestra madre, la energía de la creación y ella cuidará de nosotros.
10.-Este momento es un momento difícil, pero no olvidemos que vivimos en el mundo de la polaridad. Este momento difícil también guarda dentro de sí su polaridad, dejemos que ésta nos sorprenda. En este mundo todo es polar. Y esperemos a ver qué cosas buenas nos trae dicha polaridad.
11.-Hay muchas informaciones contradictorias a nivel médico acerca de la trascendencia que se le está dando a esta enfermedad. Hay quienes dicen que es como una simple gripe y que no hay que tomar tantas medidas de aislamiento, estas medidas se deberían tomar sólo con la población de riesgo; es decir, los mayores que están en los centros asistenciales y la población que tiene otras patologías asociadas. Y está la versión de los científicos que asesoran al gobierno, que nos imponen el uso de mascarillas, las medidas de limpieza y el distanciamiento social. Vamos a ir viendo lo que va pasando y con el tiempo sabremos la verdad. En Suecia, no se ha tomado ninguna medida de aislamiento y están mejores que nosotros.
12.-Quizás tengamos que aprender a vivir con menos, menos a todos los niveles, de contactos, de interacción, de huir de las grandes aglomeraciones. Vivir más en pequeños círculos, por lo menos hasta que toda esta pandemia se normalice.
13.-A nivel educativo, quizás tengamos que aprender a usar más las nuevas tecnologías y reunirnos en pequeños grupos, más al estilo de los países nórdicos 10 ó 15 alumnos por clase. Esto no está nada mal y crearía un montón de puestos de trabajo en educación. También se pueden crear cubículos de metacrilato para cada niño, en forma de “u” tumbada y así cada niño estaría en su cubículo, separado de los otros, pero viéndose unos a otros. Esto se podría presentar como un juego para ellos.
14.- A nivel de ocio, reuniones en pequeños grupos y en espacios abiertos todo lo que sea posible. Y también se le puede meter un poco de humor a esto y jugar a comunicarnos a dos metros de distancia.
15.- A nivel laboral, establecer medidas de distanciamiento y aislamiento, como las que se están llevando a cabo con cristales o metacrilatos para impedir que el virus se propague.
16.- A nivel de familia extensa y de los amigos, distanciar o no realizar reuniones hasta que la pandemia pase.
¿Cómo poder estar bien con todo lo que está pasando?
Viviendo en el presente, estar en el puro presente, con lo que va sucediendo a cada instante. Repetirnos una y otra vez, cuando nuestros pensamientos se van a elucubrar, “aquí y ahora, que está pasando, qué está sucediendo”. Por ejemplo, aquí y ahora, estoy escribiendo este artículo, estoy sentada en el porche de mi casa de la playa y siento de vez en cuando los pájaros cantar y un airecito fresco que corre de tiempo en tiempo, perros que ladran a lo lejos y voces lejanas de mis vecinos y de la gente que pasa por la calle, y ahora mismo acaba de pasar una araña de patas grandes por mi brazo y mi teclado y me ha hecho sonreír, he pensado en la gente que gritaría al tener una araña encima.
Aquí y ahora me doy cuenta………
Aquí y ahora me doy cuenta………
Aquí y ahora me doy cuenta………
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Cuando estamos presentes en el instante que estamos viviendo, fluimos con todo lo que sucede a nuestro alrededor y hay un intercambio entre lo que sucede y nosotros. Se establece como un diálogo mudo de sensaciones y se da un intercambio osmótico de potenciales de energía. Entonces para estar bien rodeémonos de naturaleza y de cosas bellas y sencillas para que pueda darse un intercambio osmótico entre nosotros y ellas, para que podamos impregnarnos de todos sus potenciales energéticos y vibrar en la misma frecuencia de honda que ellas.
Por ejemplo, yo en la playa, ante la inmensidad de vacío que se me muestra, siento que mi mente se vacía con ese vacío, y siento que el agua me limpia de todo lo que tiene que ser limpiado.
Y en el bosque, ante la grandiosidad de los árboles majestuosos, me envuelvo en su silencio o en el murmullo de sus hojas movidas por el viento y entro en la misma vibración energética que hay en el bosque y se produce un intercambio osmótico entre el bosque y yo.
Lo mismo puede pasar con una música, un libro, una película, una obra de teatro o aquello que a ti te guste y te inspire.
Todos sabemos lo que nos sienta bien y lo que nos sienta mal. Busquemos lo que nos sienta bien y fundámonos con ello, para llenarnos de todo el bienestar que nos sana y nos predispone a la vida y cuando aparezcan las dificultades, abracémoslas y entreguémonos a ellas para aprender lo que tengamos que aprender.
Como nos recuerda el Tao, una polaridad y su contraria no son más que el haz y el envés de una misma unidad: la hoja, o la palma y el dorso de una misma mano o la cara y la cruz de una misma moneda.
Yo creo qué en cualquier momento, pero muy especialmente en éste que estamos viviendo, es muy necesario aplicar las Cuatro Verdades Nobles del Budismo, tal como las explica Fritjof Capra en su libro “El Tao de la Física. Una exploración de los paralelos entre la física moderna y el misticismo Oriental”:
“La Primera Verdad Noble es que todo a nuestro alrededor es impermanente y transitorio. Todas las cosas aparecen y se desvanecen, dijo Buda, y la noción de que el flujo y el cambio son rasgos básicos de la naturaleza radica en la raíz del budismo. La no aceptación de esta Verdad Noble crea sufrimiento.
La Segunda Verdad Noble trata sobre el apego a cosas y a personas que nosotros vemos como firmes y persistentes, pero que de hecho son pasajeras y siempre cambiantes, así estamos atrapados en un círculo vicioso en el cual cada acto genera más actos y la respuesta a cada pregunta deja caer nuevas preguntas. Este círculo vicioso se conoce en el Budismo como samsara, el círculo de nacimiento y muerte, conducido por el karma, la cadena sin fin de causa y efecto.
La Tercera Verdad Noble afirma que se puede trascender el círculo vicioso del samsara, el círculo de nacimiento y muerte, y alcanzar un estado de total liberación llamado nirvana. En este estado la unidad de toda la vida se ha convertido en una sensación constante.
La Cuarta Verdad Noble es la prescripción de Buda para terminar con todo sufrimiento, el Octavo Camino de autodesarrollo que conduce al estado de espíritu de Buda. Las dos primeras secciones de este camino están relacionadas con el bien ver y el bien saber. Las cuatros secciones siguientes están relacionadas con la correcta actuación, que es un Camino Medio entre extremos opuestos. Las dos últimas secciones se relacionan con la verdadera conciencia y correcta meditación y describen la experiencia mística directa de la realidad que es el propósito final.”
Yo creo que en estos momentos sería muy bueno poner en práctica Las Cuatro Verdades Nobles de Buda, para apaciguarnos y poder descansar en la energía del universo que todo lo crea, a nosotros también.
También Eckhart Tolle en su libro El silencio habla, nos dice: “la maestría en cualquier disciplina implica que la mente pensante o bien ya no participa, o se ha quedado en un discreto segundo plano. Un poder y una inteligencia mayores que tú, aunque en esencia son uno contigo, toman el mando. Ya no hay proceso de toma de decisiones; la acción justa surge espontáneamente, y “tú” no la estás haciendo. La maestría de la vida es lo opuesto al control. Te alineas con la conciencia mayor. Ella actúa, habla y hace los trabajos”.
Si conseguimos estar en el aquí y ahora de cada instante y nos entregamos a él, conseguiremos fluir con el fluir de la vida y espantaremos esos pensamientos e ideas que no nos ayudan a estar ahí.
Cuando conseguimos ser uno con lo que sucede, entonces eliminamos la polaridad; ya no hay dos, sino sólo uno y al existir sólo uno, estamos en la esencia y unidad de la vida y ahí está la felicidad suprema, que es una felicidad dulce y serena.
Como dice Pedro de Casso en su último libro: “Mi Gestalt. El potencial oculto en la Gestalt de Fritz Perls”, “Creamos lo que creemos”. O al revés, que viene a ser lo mismo: “Lo que creemos lo creamos”. Lo mismo que nos advertía Epicteto con otras palabras: “No son las cosas que nos ocurren las que turban al hombre, sino las opiniones que nos formamos acerca de ellas”.
Rodeémonos de belleza, comamos cosas ecológicas, todas las que podamos, dejemos la mente vacía, paseémonos por el bosque y abrámonos a contagiarnos de la energía que allí hay, y lo mismo por la playa, reunámonos con gente maravillosa, que cuando se van nos dejan llenos de buenas sensaciones y de bienestar y en cada situación que se presente, preguntémonos cómo podemos transformarla en algo bonito y agradable, si de principio esta situación no se presenta así. Cuidémonos todo lo que podamos en todos los sentidos.
En cada situación que se nos presente, preguntémonos internamente, si nos estamos cuidando o no, y si no lo estamos haciendo, revirtamos nuestra actitud hacia esa situación.